viernes, 9 de marzo de 2012

Desde el Monscanus mítico

Miro desde aquí y contemplando me contemplo. El hierro de mis entrañas fue requerido en antiguas batallas y por ello fui herido. Vivo sentado en un río y modelo los vientos. No espero nada de nadie y no tengo temores. Para unos soy un mito y para otros una puerta abierta. Yo, en cambio, me considero un espectador que a veces cuenta historias: muéstrame un buen espectáculo y quizá te cuente alguna al oído, después di a los cuatro vientos que la pariste tú...